Te conocí

Chicago, Illinois

Te conocí con botas. No llevabas los tacones rojos, que alguna vez prometieron tanto. No usabas falda y mucho menos maquillaje. Te vi así, luchando contra lo que no se puede. Te enfrentabas a la vida, sacando pecho y escondiendo los miedos, que sólo me enseñas en la oscuridad de la habitación.

No te sorprenden las ciudades, no te llena lo material. No necesitas un vodka a las rocas cada noche, no sufres de esos males que nos hacen pecar. No te peinas en caros salones de belleza, ni compras la ropa más cara de diseñador. La gloria no está en tus prioridades y eres feliz con un beso en las mañanas.

No es moda, glamour, licor ni sexo lo que buscas. Solo buscas un poco de amor. Y eso es lo que llena. Lo que hace que esta fría ciudad se vuelva perfecta. Que hace que el inglés no me esbárate el alma. Que hace que usar guantes se vuelva tolerable. Que hace que mi vida, sea más distinta de lo que nunca pensé. Mucho más diferente de lo que alguna vez escribió Allende, Vargas Llosa y hasta Neruda.