Camino a Chile

Si algo tenemos todos, y espero que así sea, es esa necesidad de encontrar un propósito en la vida. Llevo mucho tiempo buscando el mio, créanme, sigo sin encontrarlo. No es algo que me preocupe de sobremanera, pues en la búsqueda me he topado con tantas cosas. No podría decirles todo lo que he encontrado, pues nunca acabaría.

Hace unos meses, leí un libro sobre Chile. Nació en mí una inquietud, esa inquietud que me ha llevado a la necesidad de viajar a Chile. El camino está lleno de obstáculos, pues, en mi condición, salir del país por más de dos semanas para algo que no sea trabajo puede traer graves consecuencias. Aún estoy buscando la forma, el dinero y las pocas ganas que me faltan para montarme en el avión y echar vuelo.

Algo me dice que esto es parte fundamental de esa búsqueda que llevo años haciendo. Algo voy a encontrar allí, quizás, sea sólo el mejor pescado del mundo o el peor clima, pero algo hay allí. Es por eso que me aventuro en esta travesía. Me acompañan unas musas que repentinamente dijeron presente y escriben una historia que nunca pensé podría salir de mis manos.

Mientras contemplo el ya casi muerto Mar Caribe; le susurro al viento; cruza todo el continente, ve bien al sur y dile a Santiago de Chile que me espere. Que ya pronto voy en camino. De respuesta obtengo una ola, débil pero hermosa, justo antes de que el sol se escondiera y la oscuridad hiciera que el mar se perdiera en una inmensidad negra.