20111216

Dejé


Toqué suelo boricua. Han pasado nueve meses desde que me fui. Me recibieron en el aeropuerto con mil besos y cien abrazos las primas incondicionales que tengo. El calor de la isla se sentía sofocante en mi uniforme y a mis ojos les costó unos minutos volver a acostumbrarse al candente sol.  

Mientras cruzabamos la isla, en dirección al sur, pensaba en lo mucho que he cambiado. En lo distinto que me siento en mi propio país. Sólo han sido nueve meses, pero parecen una vida. Todo sigue igual, pero los cambios en mi hacen que todo se sienta alrevés.

Sobre la mesa me esperaba un plato de arroz, habichuelas y bistec. Decenas de llamadas entraron a mi celular. Todo parecía un sueño. No me acoplé. Me senté en la que fue mi cama y afirmé que ya había encontrado una vida, lejos de mi hogar. No es cinismo, no es exageración. Es lo que siento.

Me renové con los cariños de mis hermanos y mi madre, y estoy listo para partir. Dejé el corazón en Chicago, con una chica de ojos marrones que me infla el pecho al nombrarla. Dejé las tristezas en Missouri con la nieve. Dejé el miedo en Alemania. Dejé los recuerdos en San Juan. Ya no tengo nada más que dejar, más bien que ganar.

Es hora de seguir. Regresar a donde mi corazón está. Regresar a donde el destino me llevó.

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