Fluir

Y digo adíos al día que me tocó nacer. Y es que definitivamente continúo cerrando ciclos que hace un año comencé.

A todos en la vida nos pasa. Nos pasamos años, meses, horas, minutos, soñando con aquello que queremos, o que más bien, nos empeñamos en querer. Y no hay peor golpetazo que regresar al principio, justo a ese momento donde pensaste que todas las puertas se te abrieron, justo a ese momento, pero esta vez para cerrar todo. Finalizar con aquellas posibilidades en las que alguna vez deposistaste la poca esperanza que tenías. Es una realidad eso que dicen de que en la vida no se dejan puertas entreabiertas.

Y es que amigo, aunque duela decirlo, cuando no esta para uno, simplemente no lo esta. Y hay que saber dejar las cosas ir, saber cuando es hora de parar, saber cuando es hora de volver a comenzar. Intentar nadar contra la corriente a veces no es una opción. Sólo la vida, con su singular fluir, es capaz de hacernos caer en razón. Fluyendo como un río es que se encuentran las piedras donde, quizás, se puede edificar. Fluyendo es la única forma de desembocar en el mar. Fluyendo es como se encuentra nuestro lugar.